viernes, 19 de agosto de 2011

Declaración escrita en servilleta

"Borges fue hacia el sur y encontró la Biblioteca Nacional,
yo fui hacia el norte y encontré mujeres,
por lo que no he escrito mucho pero me divertí bastante"
Facundo Cabral.

Andará colgando ropa en un lavadero
de Guadalajara,
o saliendo del mercado en Montevideo,
o leyendo Pizarnik en una piecita
del barrio viejo,
o desnudándose en un río nicaraguense,
o mordiéndose los labios delgados, por debajo del velo,
en un pueblo musulmán,
o llorando en la estación Central,
o naciendo desde el interior de una madre
en el fin del mundo,
o durmiendo
mientras sueña que sueña
estar dormida.

Ausencia que nos dejó un veinte de Junio

A Rodrigo Edreira


Quién pensó dar vida en algún gemido,
quién nos dio esta lengua,
quién este nombre con el que nos nombran,
quién guardó el primer diente,
quién nos regaló la rutina
y la libertad en un beso,
quién dejó de tomar nuestra mano
con fuerza
a medida que acumulábamos otoños,
quién supo morirse un día
dejando una ausencia
casualmente extraña,
quién recuerda una madre en el frío,
quién es esa mujer
que sonríe en la foto.

Libertad

Debajo de espesos nubarrones,
debajo de un cielo raso endeble,
de unas sábanas de niño,
de una joven desnuda,
supe sentirme encima del mundo.

Luperca

Camina el hombre hacia el bosque,
con sus cansados pasos
se gasta el destino.
Entre las frondas,
entre las sombras,
entre lo desconocido
oye el llanto repetido de un niño.
Sus ojos ven lo que no cuenta el mito,
las bestias se nombran
con un latín ya vencido.
Vuela una saeta
directo a la loba,
los hermanos lloran como reyes,
de su boca cae la tibia leche.

Todo lo que pasó después
ya es historia o verso.

No se pierda el tiempo

La cuarentona camina suficientes cuadras.
Lleva en el bolso una carta perfumada
que no mandará nunca.
Se queda al borde del cruce
esperando como una solterona
a que la inviten a cenar.
Llegado el momento se arroja a las piedras:
finalmente, la muerte era una lucecita.
Y el tren se acerca, se acerca.

jueves, 4 de agosto de 2011

A La Plata, parando en todas

Cuatro amigas sentadas.
Una dice: “se le nota hasta en los tobillos”,
la otra pregunta: “¿qué cosa?”,
otra responde: “la envidia”,
la cuarta no dice nada.

Tres amigas sentadas saludan desde la ventanilla a otra.
Una dice: “menos mal que se bajó”,
la otra pregunta: “¿quién?”,
la tercera responde: “la cuarta”.

Dos amigas sentadas saludan desde la ventanilla a otra.
Una dice: “ya no la soporto”,
la otra pregunta: “¿cuál de las dos?”.

Una amiga saluda desde la ventanilla a otra
y no dice nada.