viernes, 21 de octubre de 2011

Ciudadano

Un temblor en la ciudad
derrumba y acumula gente
en las plazas y las esquinas.
Descienden de colectivos y trenes
con banderas, mates y niños:
cuando llegue la revolución
no quiero quedar detrás de la puerta.
Hay música y danzas en el viento,
jóvenes y viejos en la ciudad.
Nadie se sienta a esperar
con sus manos llenas de esperanzas.
Se oyen las voces
de los que siempre perdieron,
los que una vez ganaron
y los que nacerán en la victoria.
Por eso, no sueltes mi mano esta noche.
Donde una ciudad dormida
hay también ciudadanos quietos.
No preguntes quién detiene el tiempo:
la historia avanza por todos.
Las personas se llenan de personas
y la memoria se escapa del cajón.
Cosa una es la ciudad desde el cielo,
cosa otra desde los agujeros.
Suerte que tiene la nación de ser pueblo.

Identidad


Vayamos al Norte, al Pacífico,
a Europa, a Japón, al Nilo
pero no dejemos de ser argentinos.
Seamos amargados, altos, peludos,
olvidemos y recordemos lo perdido
pero no dejemos de ser niños.
Casémonos con cualquiera,
chillemos, prometamos, tengamos hijos
pero no dejemos de ser amantes.
Atrapemos el día que fue tuyo y mío,
pues la muerte abraza siempre antes,
pero no dejemos de ser los mismos.

Lucas, sus suicidios

Hay días en los que es un suicida potencial:
planea su muerte con cierto matiz arquitectónico:
se corta, se inmola, se revienta
y no muere más que en sus sueños.
No simpatiza con la muerte de los viejos
y los accidentes desaparecen de las noticias
con nuevos accidentes.
Sólo es dueño de su aliento:
¡Tantas veces perdió el alma en un bostezo!
Pesa más el muerto cuando está vivo:
la existencia hierve a fuego lento.

Hollywood


Un tornado violento, un gorila gigante,
reptiles mutantes, desastres atómicos,
alienígenas más o menos humanos,
robots que valen cada centavo.
Concreto y fierros caen,
volcanes hirviendo donde no existen,
terroristas malos y extranjeros.
Lo bueno, la suerte de algunos,
es la inamovible geografía:
Nueva York, Los Ángeles y California
están muy alejados de este río y llanura.
Estamos a salvo hasta el siguiente film.

Dos

Pienso en una poesía que tenga
algo de los dos.
En una casa con patio
y un labrador dorado.
Encuentro las ganas de hacer el amor
en una cama para dos.
Viajar y volver, no partir nunca,
acumular fotos festivas y bailes de salón.
Me gustaría un mundo sólo para dos,
un placer para dos,
historias hechas para dos.

Por cierto, he sido sarcástico.