Vayamos al Norte, al Pacífico,
a Europa, a Japón, al Nilo
pero no dejemos de ser argentinos.
Seamos amargados, altos, peludos,
olvidemos y recordemos lo perdido
pero no dejemos de ser niños.
Casémonos con cualquiera,
chillemos, prometamos, tengamos hijos
pero no dejemos de ser amantes.
Atrapemos el día que fue tuyo y mío,
pues la muerte abraza siempre antes,
pero no dejemos de ser los mismos.
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