Unos de estos días aprenderé a morir:
como los soles, como las sombras,
o los amantes, o las revoluciones.
Cuántas veces he muerto
sin haberlo notado:
al terminar la sopa,
al partir un amigo,
al buscar lo perdido.
He de morir algún día,
tal vez, sin saber perder,
amar, volver o esperar.
Moriré como muere la carne enferma,
con la esperanza absurda
de vivir eternamente
dentro de aquellos vivos
que ignorarán mi ausencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario